18 de abril de 2018

El Beso De Los Guardias ¡Viva La Guardia Civil!

Grafiti aparecido en el barrio de Canido, Ferrol, Galicia, España, Europa, La Tierra,
la madrugada de este 18 de abril, atribuido al tal pre existente Bansky de cuya vida no hay nada.


El mismo día en que dos Guardias Civiles y sus parejas relataban en Alsasua, en juicio curiosamente menos mediático que el asunto de la titulitis severa de Cristina Cifuentes, sobre la paliza que recibieron la noche del 15 de octubre de 2016 por parte de "...20 ó 25 personas" valientes cachorros batasunos que uno a uno -incluso de tres en tres- no tienen huevos para enfrentarse a la más chiquitita de la Benemérita, dos números, ella y él, de uniforme, con el tricornio calado, se besan en un grafiti surgido en el barrio de Canido. Es un barrio conocido hoy, sobre todo, porque hace un homenaje a Las Meninas(*) cada año, pintando y pintarrajeando sus muros con el referente velazqueño. Esta pintada de los Guardias, fuera del momento y coincidente, es expresión de amor, por virtual que sea.

El juicio de Alsasua no dilucida los hechos en sí mismos, con consecuencias de lesiones físicas constatadas y daños morales irreparables; el juicio debe sentenciar si de los hechos se derivan amenazas terroristas, una calificación o acusación que sostiene tanto la fiscalía como las acusaciones populares. Esa calificación, amenazas terroristas, no podría ser de otro modo, ha sido rechazada por nuestros redentores habituales, los que se autodenominan sectores progresistas, de la política y del derecho. Sea o no sea amenaza terrorista, los hechos, las palabras de provocación y conminación y desafío producen en cualquier humano eso que llamamos terror, nada más y nada menos que un miedo de alta intensidad.  Es decir, el espanto ante el vómito de odio. 

El cariño, la hermosura del afecto y la atracción sensual y sexual, suele propiciarse en ámbitos laborales por aquello del roce contínuo, las feromonas, la pulsión primaveral y el instinto. Desde que en 1989 se incorporó la mujer a la Guardia Civil con divisa y armamento -aunque ya lo hacía desde 1948 en servicios administrativos con uniforme- no son pocos los casos de parejas que se producen en el seno de la Benemérita, y a menudo se reproducen. Podemos convenir que, consecuencia de ello, se cosecha algo de amor o mucho amor.

En Alsasua la tensión, la amenaza, el odio se expresan contínuamente, con violencia y terror aquella noche en que más de veinte cobardes agredieron a dos hombres y dos mujeres por el mero hecho de ser Guardias Civiles, de pertenecer a la institución mejor valorada por el conjunto de los españoles. En Ferrol, aunque sea en un frío muro y por virtual que sea, se expresa el amor. No lo digo por comparar. 

Ahí dejo a Nati y Fabián, que dicen que "el amor es como la comida, que hay que hacerlo a fuego lento y va tomando su sabor y su textura..." ¡ay! y además mentan "la alegría".   





Y a Pepe Viyuela que tiene arte y es muy divertido:



¡Y viva la Guardia Civil!