Estar del lado de no quiere decir estar con. Frente a la mayoría de circunstancias derivadas de la gestión humana, mi percepción es tan contundente como relativa, no consecutivamente coherente ni de lejos racional. Depende. Y sin embargo no me considero relativista, para nada.
Frente al Hecho soy radical. Creo en nuestro origen divino, en Aquel que vino a enseñarnos a amar y perdonar y que siendo Dios se rebajó a ser humano. Ahí está mi más auténtico y verdadero sentido de pertenencia.
Frente al Hecho soy radical. Creo en nuestro origen divino, en Aquel que vino a enseñarnos a amar y perdonar y que siendo Dios se rebajó a ser humano. Ahí está mi más auténtico y verdadero sentido de pertenencia.
La bondad se estampa en colores vivos (*).
Frente a la maldad y la perversión, también soy radical.
Ante el error y el impulso faltón soy flexible, elástico; especialmente con los cometidos por mí ¿que no?
Las rupturas forman parte de los tirones y caídas del vivir. No me importa nada excusarme y trato de compensar el daño y curar la herida.
Cuenten conmigo para nada, pero antes pregunten.
Más o menos así.
(*)
Más o menos así.
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